Universidad Pedagógica
Experimental Libertador
Vicerrectorado de
Extensión
Centro Educativo
Nacional de Teología Superior Milenium
Licenciatura en Teología
Mención: Espiritualidad Cristiana
Modulo: Estudio
y Doctrina Bíblica
Profesor: Lic. Pr. Carlos
Valero
Participante: Tamara Fereda de Canelón
La
Escuadra Bíblica como método de implementación de la Doctrina Bíblica.
Aplicación de la Escuadra Bíblica al Segundo Discurso de Pedro.
Libro de Hechos de los Apóstoles, Pasaje 13, Versículos
12 al 26.
Segundo Discurso de Pedro: 1.-Un milagro con Propósito. 2.
Predica el arrepentimiento. 3. Muerte y Resurrección de Cristo. 4. Los Pactos
serán cumplidos.
Elocuente y revelador Discurso de Pedro en donde hace aquí, en sustancia, el mismo anuncio respecto de Jesús que el que le sirvió para
introducir el tema principal de su primer discurso. El sistema de antítesis que
presentó en esta ocasión dio a su anuncio fuerza aun mayor que antes porque
contrastaba la Justicia de Cristo contra la injusticia de ellos en todos los
aspectos.
El hecho de que el Dios de sus padres
hubiera glorificado a Jesús va en contraste con el de que ellos le entregaron a
la muerte; su negativa a darle libertad contrasta con el deseo de Pilato para
soltarlo; que rechazaron al Santo
y Justo se compara con su demanda de soltarles a un asesino; y el hecho de
haberle dado muerte con el de ser El autor de la vida. Estos cuatro puntos de
contraste forman la esencia de este su
mensaje. A Aquél que glorificó el Dios de vuestros padres, habéis dado muerte. Pedro
les hace ver que su crimen en esto se agiganta considerando que, cuando su gobernante
gentil lo declaró inocente y proponía soltarlo, levantaron la voz en su contra.
Finalmente, al inmolarlo dieron muerte al verdadero Autor de la vida, de sus
propias vidas y la de todos; y aunque lo
llevasteis a la muerte, ha resucitado de los muertos. Brillante exposición y combinación
de tesis y antítesis, a través de la cual Pedro muestra una panorámica bíblica
que comienza explicando el origen de la Fe que da vida a un milagro, la injusta
condena a muerte al Justo, su muerte y su resurrección todo ello como fiel
cumplimiento de los Pactos y promesas dados en el Antiguo Testamento y que serían
la sombra de lo que vendría.
Conceptos:
1)
Antiguo
Testamento
Génesis 12:2 “Y haré de ti una
nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”
El
llamado al arrepentimiento y la promesa de “Tiempos de refrigerio” hace referencia
a la promesa del A.T. de que antes de la segunda venida del Mesías, el
remanente piadoso de la nación de Israel se arrepentirá y se volverá a Dios en
preparación para la bendición milenial que seguirá a la segunda venida. Deuteronomio
30:1-3; Zacarías 12:10. Pacto Abrahámico nuevamente confirmado (Génesis
22:15-18).
2)
Mosaico.
El pacto concertado con Moisés en (Deut.
18:15-19) “El Señor tu
Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás (…)
Y me dijo el Señor: “Está
bien lo que ellos dicen. Por eso levantaré entre
sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá
todo lo que yo le mande.” En la persona de Jesucristo vemos cumplido el pacto Mosaico, la promesa de levantar un profeta.
3)
Salmístico.
(Salmo 118-22-23) Estos salmos indican
que el Mesías, piedra sobre la que se levantaría todo, sería rechazado
mayoritariamente por su pueblo Israel. (Salmo 116).
4) Profético.
Por las palabras “que habló Dios por
la boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Lc.1:70).
Observamos la palabra profética revelada en los libros de Ezequiel 36:27-28;
Isaías 35:10 “Y
los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo
será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el
gemido.
El milagro del cojo con el cual Pedro
inicia su discurso, explicando la fe que ha originado dicho milagro. Aquél cojo
del templo La Hermosa viene a ser tipo del estado espiritual de Israel y su
futura restauración, aquí se proyecta la la profecía de Isaías 35:6 donde se
anunciaba que “el cojo saltaría como un ciervo”. Los profetas hablan de la
restauración de Israel a su tierra (Gen. 12:2-3) (Rom. 11:26) también llamado
Pacto Palestino (Deut. 30:3).
5)
Cristológico. (No).
6)
Apostólico.
Este pasaje efectivamente registra el
primer milagro apostólico: Curación de un hombre cojo. Milagro éste que precede
el Discurso dado por Pedro donde él magistralmente habla de la muerte y la resurrección de
Jesucristo; Muerte que da cumplimiento al Pacto de Dios con Abraham, conocido
como la cuarta Dispensación: La Promesa. Promesa que incluye a la Nación de
Israel para heredar perpetuamente un territorio específico; a la Iglesia por
ser de Cristo; y a las naciones gentiles.
También encontramos implícita la
quinta Dispensación. El quinto Pacto. El Pacto Mosaico: (Éxodo 19:1-5) lo cual
comenzó con la entrega de La Ley en el Monte Sinaí y concluyó cuando Cristo
murió como sacrificio.
7)
Natural
o Lógico.
Observamos en este pasaje la natural tendencia humana a poner su
mirada en el hombre. Y consiste el preámbulo de Pedro: (Hechos 3:12-13) “Al ver esto, Pedro les dijo: «Pueblo de Israel, ¿por
qué les sorprende lo que ha pasado? ¿Por qué nos miran como si, por nuestro
propio poder o virtud, hubiéramos hecho caminar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su siervo Jesús.”
El pueblo estaba lleno de asombro y espanto por lo que había
sucedido al observar al hombre cojo “saltando, ponerse en pie y andar” y
atónito concurrió a ellos, (Pedro y Juan).
Paradójicamente, existe una tendencia en la naturaleza humana
a poner la mirada en el hombre ante el evidente poder de Dios en cualquiera de
sus manifestaciones. Esta actitud del pueblo sirvió a Pedro para iniciar su
Discurso primeramente exhortándoles a poner su mirada en el autor de la fe y no
en el hombre, contundentemente afirma Pedro en esta entrada que somos simples instrumentos
en las manos de Dios.
¡La fe en el Hijo que glorifica al Padre¡
Cuando Pedro declara que “por la fe en su nombre, a aquél hombre cojo le fue confirmado Su nombre; y a través de la fe que es por ÉL le dio a él la completa sanidad” está explicando la sustancia u origen de aquél milagro, indudablemente proveniente de la fe en ÉL y por ÉL. La misma fe que llevó al Patriarca Abraham a ser el Padre de naciones había obrado en aquél hombre ávido de dinero pero sorprendido al recibir mucho más: La completa liberación de su azote y el conocimiento de un Dios vivo, por cuanto antes de ser sanado nada conocía de Jesús. Un milagro que tuvo origen en la fe de Pedro en el nombre de Jesucristo de Nazareth. Un milagro individual con propósito general.
¡La fe en el Hijo que glorifica al Padre¡
Cuando Pedro declara que “por la fe en su nombre, a aquél hombre cojo le fue confirmado Su nombre; y a través de la fe que es por ÉL le dio a él la completa sanidad” está explicando la sustancia u origen de aquél milagro, indudablemente proveniente de la fe en ÉL y por ÉL. La misma fe que llevó al Patriarca Abraham a ser el Padre de naciones había obrado en aquél hombre ávido de dinero pero sorprendido al recibir mucho más: La completa liberación de su azote y el conocimiento de un Dios vivo, por cuanto antes de ser sanado nada conocía de Jesús. Un milagro que tuvo origen en la fe de Pedro en el nombre de Jesucristo de Nazareth. Un milagro individual con propósito general.
Es digno de resaltar la inmediata reacción de Pedro ante aquél
pueblo el cual -se infiere a través de las palabras del apóstol- estaba allí
movido por la admiración hacia ellos más que por la verdadera fe y conocimiento
de Dios, agolpándose a la puerta de aquél Templo maravillados y atraídos por
aquellos dos siervos de Dios como si fuesen ellos pequeños “diosecillos”
hacedores de milagros. Este detalle, sirvió a Pedro para dar apertura a su
maravilloso Discurso dejando en claro que en ningún momento buscaban llevarse
la gloria y trata de dirigir la atención de ellos hacia el Antiguo Testamento, que si ellos se volvían a Dios todas aquellas promesas se podían cumplir, y ponía de manifiesto que a través de aquel
acontecimiento Dios glorificaba a su hijo Jesucristo.
En ese momento, la nación como un todo rechazó el ruego de Pedro, aunque fue convertida la impresionante cantidad de 5000 personas. A través del paso de los siglos Dios sigue invitando a las personas a la conversión, a volverse a Dios, al arrepentimiento y es que , al igual que aquél día en el pórtico de Salomón muchas personas no se encuentran precisamente buscando a Dios, tristemente van detrás de hombres y tras las añadiduras rechazando así el verdadero mensaje y la verdadera presencia del Dios viviente. Su mensaje permanece y su Plan y su Propósito continúan hoy más vigentes que nunca:
"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, acreditándolo ante todos al haberlo levantado de los muertos." (Hechos 17:30-31)
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